The wine that crossed the Atlantic
While the grapes were growing in the Argentine summer, Mike embarked on an adventure crossing the Atlantic on a yacht and making wine along the way.
They departed from Gran Canaria and took a total of 23 days, 3 hours, 54 minutes and 44 seconds to arrive at Saint Lucia in the Caribbean. Through good and bad weather and with a thousand problems to deal with, they also managed to ferment a few foods, including the grapes for Sløsht.
Sløsht, “the wine that never settles”, was made from grapes from the Pyrenees, with the same yeast and a pared down version of the data-sharing process used with MTB*. Sensors and thermometer were used to keep an eye on the fermentation of the wine and posted with the telemetry and other information of the journey.
The journey finished in Saint Lucia with a glass of Sløsht and a well-deserved party! How was the wine? Only Mike and his crew mates know for sure (apparently it was a good one!).
To keep us entertained and get a closer look at what it is like to live in the middle of the ocean, Mike left 22 ‘bottles’ with a message in each one. You can read them all here:
https://capellavoyage.sailsafe.molo17.com/map
Watch the videos of the first days of this trip:
https://www.youtube.com/watch?v=2qZoWhZsiwk
https://www.youtube.com/watch?v=jyCodhetlfo
https://www.youtube.com/watch?v=fZLZ9RnStIo
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El vino que cruzó el Atlántico
Mientras las uvas crecían en el verano argentino, Mike se embarcó en una aventura cruzando el Atlántico y elaborando vino en una embarcación a vela.
Partieron de Gran Canaria y tardaron un total de 23 días, 3 horas, 54 minutos y 44 segundos en llegar a Saint Lucia en el Caribe. Con mal y buen tiempo y con miles de problemas que enfrentar, también lograron fermentar algunos alimentos, incluídas las uvas para Sløsht.
Sløsht, “el vino que nunca reposa”, se elaboró con uvas de los Pirineos, con la misma levadura y una versión reducida del proceso de intercambio de datos que se utilizan para realizar el MTB*. Se utilizaron sensores y termómetros para vigilar la fermentación del vino y se publicaron con la telemetría y otra información del viaje.
El viaje terminó en Santa Lucía con una copa de Sløsht y una merecida fiesta. ¿Cómo estuvo el vino? Sólo Mike y sus compañeros de equipo lo saben con certeza…se rumorea que estuvo muy bueno.
Para mantenernos entretenidos y saber cómo es vivir en medio del océano, Mike dejó 22 'botellas' con un mensaje en cada una. Podés leerlos a todos en este link:
https://capellavoyage.sailsafe.molo17.com/map
También podés ver los videos de los primeros días del viaje aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=2qZoWhZsiwk
https://www.youtube.com/watch?v=jyCodhetlfo
https://www.youtube.com/watch?v=fZLZ9RnStIo